Cómo la Fuerza Aérea Arruinó el XP-39, el mejor caza
prebélico
Por Gizmo
XP-39 A
Bill Yenne
metió a este pájaro de guerra entre los peores del mundo. No acabo de estar de
acuerdo del todo con él. Falló en su cometido, pero fue un buen aparato de caza
a baja cota, y un muy buen caza bombardero. Le ocurrió como al Hawker
Typhoon. Cada uno por un motivo, fracasó en la misión para la que habían
sido diseñados, el caza británico por tener un ala en exceso gruesa. Ahora
veremos porqué fallo el caza estadounidense...
El XP-39
fue presentado al mundo el 6 de abril de 1939 en Wright Field. Había diseñado
entorno al gran cañón de 37mm de Oldsmobile. El diseño original, llevaba
el motor en una posición ortodoxa, con el cañón montado detrás, haciendo que la
cabina quedara demasiado retrasada para ser práctica. Por ello, el motor
terminó situado detrás del piloto, dejando espacio en el moro para una potentísima
batería de armas (al menos para los estándares de los años 30). Esta
instalación no era un concepto nuevo, pues ya había sido probada en el caza
holandés Koolhoven FK-55, que no tuvo éxito por la
elección inadecuada del motor.
Instalación del motor
y del cañón, en la variante que montaba el de 20mm
El diseño de Bell
iba equipado con un Allison V1710 de 1150HH, y con el nuevo
turbocompresor B-5. Se obtuvo una altura crítica, a partir de la cual
las actuaciones del caza empezaban a decaer, de 20000pies (6096m),
aproximadamente la misma que el XP-38. El 6 de abril alcanzó 390mph
(624km/h). En los últimos vuelos la velocidad raspó las 400mph (640km/h), y
tenía una velocidad de trepada nada desdeñable de... ¡20000pies en 5minutos!
Hay que destacar que este prototipo no iba equipado con el armamento, y carecía
de blindaje y depósitos sellantes, esto ultimo no formando parte siquiera de
las especificaciones de la USAAC.
Respecto al
tamaño, el P-39 tenía casi el mismo tamaño que el Curtiss
P-40 y era algo menor que el North American P-51. Su
diferencia de peso comparado contra este último caza, se debía especialmente a
la diferencia de combustible que podían portar: el alcance del Mustang
era doble que el del Airacobra.
No todo en el
prototipo era “perfecto”. El estabilizador vertical era demasiado pequeño,
haciendo que la estabilidad latero-direccional fuera inadecuada. El perfil alar
tampoco había sido la mejor elección –perfiles NACA tradicionales-. Pero nada
de esto eran cosas que no pudieran solucionarse (de hecho, el estabilizador
horizontal fue rediseñado, mientras que el perfil alar no fue cambiado hasta el
P-63 Kingcobra –perfiles NACA laminares, de menor resistencia).
Tampoco la forma de acceder a la cabina, mediante portezuelas del estilo de
cualquier automóvil, era la más adecuada. En caso de barrena, hubiera sido
imposible que el piloto saltara. Esta característica no fue rectificada nunca,
aunque si hubo un P-61 que fue equipado con una cúpula de P-51
a modo experimental.
La AAF estaba
“obsesionada” con mejorar la aerodinámica de todos sus “cacharros”, para
mejorar sus actuaciones. Reduciendo la resistencia, en especial la resistencia
parásita, los ingenieros de NACA pensaban que podría mejorarse mucho las
actuaciones del caza. Decidieron que la entrada de aire de la sobrealimentación
creaba demasiada resistencia. Es cierto que creaba resistencia, ¡¡pero no tanta
como las del XP-38!!
No obstante, ellos insistieron en la eliminación del turbocompresor, redujeron
la altura de la cabina, acortaron la envergadura unos dos pies (69.96cm) y
alargaron el fuselaje un pie (30.48cm). Un Allison mucho menos potente,
con un compresor mecánico de una sola etapa reemplazo al Allison sobrealimentado
por turbocompresor. Esto redujo la resistencia, pero no lo suficiente como para
compensar el haber eliminado el turbocompresor, condenó al caza a las bajas
cotas, y el centro de gravedad cambió de sitio, haciéndolo todavía más
inestable... Por supuesto, Larry Bell y Bob Woods no quedaron nada satisfechos
con los cambios, pero no había nada que pudieran hacer. Bell Aircraft
estaba al borde de la bancarrota. A ninguno de los dos les gustaba los cambios
realizados a su precioso pájaro, pero necesitaban dinero con urgencia, y
siguieron con el proyecto. Afortunadamente consiguieron un contrato, recibiendo
dos millones de dólares del gobierno francés. Poco después, en ese mismo año
(1940) recibieron otro pedido: 1000 P-39 C para la USAF.
Las actuaciones se
degradaron mucho. Los británicos decían que el Airacobra era más
peligroso para los pilotos de la RAF que los aviones de la Luftwaffe. Los
pilotos norteamericanos llegaron a componerle una pequeña canción, y todos
estaban de acuerdo en que era tal su inestabilidad, que un simple estornudo lo
haría entrar en barrena. A esto hay que añadir que el cañon de 37mm (un Colt
M4) tenía la mala costumbre de encasquillarse tras pocos disparos, solo
llevaba 15 cartuchos; y para 1942 dos ametralladoras de 12.7 y cuatro de 7.62
eran totalmente inadecuadas (como comprobaron los británicos, que abandonaron
sus 8 ametralladoras del calibre de los rifles, o los japoneses, que usaban las
trazadoras de 7.7mm para apuntar y los pocos proyectiles de 20mm –60 por arma-
para destruir su blanco). Si esto fuera poco, al disparar la brújula tendía a
bloquearse...
A bajas altitudes,
los británicos reconocieron que el Airacobra era un rival duro para el Emil.
Sin embargo, en este teatro de operaciones, los combates rara vez se llevaban a
cabo a baja cota. Sin embargo, a los soviéticos, les pasó lo contrario.
Necesitados urgentemente de cazas, pusieron en servicio todo lo que los aliados
les entregaron. En ese otro teatro de operaciones los combates solían
producirse “raspando las copas de los árboles”, donde el MiG-3
había fallado por ser un excelente caza a alta cota, pero no a baja.
El Airacobra
sirvió en Africa con la USAF, y también voló bajo bandera británica, francesa e
italiana. Y en todos los países fue reemplazado tan pronto como fue posible.
Aquí tenemos un
protagonista para un What if...? ¿Qué hubiera ocurrido si la AAF no se
hubiera entrometido en el desarrollo del caza? Seguramente los norteamericanos
hubieran entrado en la guerra con un caza competente entre sus manos. No fue
hasta la introducción del P-63 Kingcobra que se consiguó igualar
las prestaciones de aquel prototipo que volara en el 39. Y por supuesto, cuando
el Kingcobra fue introducido, ya estaba desfasado y superado por
los P-38,
P-47 y P-51.
Por cierto, esa misma
AAF fue la que hizo que la Lockheed no montara los Merlín en sus P-38,
cosa que se quiso hacer ya en el 41.
Planos del P39Q. 1’=304.8mm; 1”=25.4mm
Bibliografía