Los bombardeos de las presas de Ruhr
Por Waffenblank
Escuadrón 617 de la RAF
El 16 Mayo del 43 el mando de bombardeo de la RAF llevó
a cabo una dificilísima misión, primera en su género: la destrucción nocturna
de las presas del área industrial del Ruhr, en Alemania. La misión fue confiada
a una selecta unidad, el Squadron 617, mandado por uno de los
mas prestigiosos pilotos de bombardeo de la RAF, el
comandante de ala, Guy Gibson. Todas las tripulaciones y personal de tierra
fueron escogidas por él. La historia de estos hombres seria contada por Gibson
antes de morir durante una salida el 19 Septiembre del 44,en su libro, Enemy coast ahead y por
Paul Brickhill en The Dam busters.
Vuelo nocturno y a baja cota
A lo primero que debieron acostumbrarse estos hombres fue a volar
en formación cerrada durante la noche y a muy baja altura para evitar ser
detectados por los radares alemanes. Sus enemigos eran, por encima de los 2.000
m, la Flak, artillería antiaérea pesada; a los 900 m,
los cazas nocturnos germanos; y entre los 400 y 1.000 m, la FlaK ligera. Para una misión de
este tipo también era esencial el dominio absoluto de las técnicas de
navegación. Dado que la precisión en el bombardeo era esencial para el éxito, y
debido al pequeño blanco que ofrecían las presas, se ideó poner dos focos en
los aviones cuyos círculos de luz sobre el agua, solo serían tangentes cuando
el avión estuviera a la distancia correcta (370 metros) de la presa y a la
altura exacta (19 m) para lanzar las bombas.
Diagrama de la bomba Dam buster (RAF Museum)
Aviones ideales para la
misión
Para la flor y nata de los
pilotos de la RAF se escogieron los mejores aviones: los Avro Lancaster I,
que fueron especialmente modificados para esta misión. La idea de bombardear
las presas que alimentaban esta zona del Ruhr era ya antigua, pero la falta de
un adecuado avión y de las técnicas de bombardeo de precisión hacían imposible
atacar un blanco tan concreto. Se sabía que estaban bien protegidas con redes
anti-torpedos, por lo que no se podían emplear bombas de lanzamiento vertical.
Avión Avro Lancaster
Bombas con motores hidráulicos
El doctor Barnes Wallis encontró la idea lanzando piedras planas
contra la superficie del estanque de su casa, rebotando éstas e yendo avanzando
a saltos. Ya Nelson intentaba que sus artilleros dispararan a la línea de
flotación de los buques en tiro rasante, para que los proyectiles que quedaran
cortos fueran rebotando en la superficie y continuaran hasta el blanco.
Wallis perfeccionó esta idea y construyo un prototipo de bomba
cilíndrica que, según sus cálculos, si era lanzada con velocidad, altura y
distancia convenientes, se desplazaría botando sobre el agua embalsada evitando
las redes anti-torpedos, chocaría con la pared de la presa y entonces se
hundiría hasta una profundidad de 9 m, donde un dispositivo hidrostático la
haría estallar
Diagrama que muestra la forma de ataque prevista. (RAF Museum)
1- Punto de lanzamiento, a unos 400 metros río
arriba
2- Dirección de giro de la bomba
3- Boyas sosteniendo redes anti-torpedo
4- Giro de la bomba contra la pared
5- El giro contra la pared provoca una fuerza que
hunde a la bomba frente a la presa
6- Profundidad óptima para la detonación de la
carga
7- Zona aproximada de ruptura de la presa
8- Presa de mampostería
9- Lecho de rocas que soporta la presa
La empresa que inició la fabricación fue la Vickers-Armstrong.
Tras las numerosas pruebas, la bomba que resultó ser a la postre contenía un
motor hidráulico que la hacia girar continuamente tras su lanzamiento, y nada
menos que 5 Toneladas de explosivo.
Solamente quedaba fijar la hora y día del ataque. Se eligió la
fecha del 16 al 17 Mayo, en la que se daban las condiciones necesarias: luna
llena para facilitar el vuelo a baja altura y un alto nivel de agua en las
presas producido por el deshielo. 50 de las bombas de Wallis y 20 Avro
modificados fueron reunidos en el aeródromo de Scampton al Este de Inglaterra,
con las tripulaciones preparadas pero sin saber nada hasta el día 16.
Tres oleadas sobre las presas
Aquella misma noche, 19 Lancaster del Squadron 617
despegaban en 3 oleadas hacia el Mar del Norte. En la oscuridad se dirigieron
hasta 5 presas del Ruhr: Eder, Sorpe, Mohne, Eneppe y Lister. Tras evitar las
zonas de mas densidad de artillería antiaérea, los pilotos británicos
realizaron un dificilísimo bombardeo de precisión: los embalses de Mohne y Eder
fueron destruidos y el de Sorpe, una construcción de tierra y piedras, resultó
seriamente dañada, tan solamente perdiendo en la misión 8 aviones, 6 en ruta y
2 en los objetivos.
Los valles que protegían las presas se anegaron, aunque la
catástrofe se ocultó al pueblo alemán. Al día siguiente el ministro del Reich,
Albert Speer, sobrevoló la zona y redactó un informe para Hitler. En Alemania
poco se supo de las dimensiones de la tragedia hasta 1963: perecieron 1.300
personas, además de un grupo de prisioneros rusos instalados en un campo de la
zona.